El episodio más trágico del Tiempo de Leyendas atañe a la caída de las casas más ilustres de los elfos y al ascenso de tres reyes: el Rey Fénix, el Rey Brujo y el Rey Sombrío.
Con esas palabras empieza el segundo libro de La Secesión, la historia de la caída de Ulthuan y la guerra civil élfica, parte de la serie de Tiempo de Leyendas. La trilogía, formada por Malekith, El Rey Sombrío y el futuro título Caledor (y en los EEUU, el audio-libro Aenarion precede a los demás), sigue, como se puede deducir por los títulos, los pasos de los tres reyes (y con el audio-libro, su predecesor, el gran Aenarion).
Tengo que reconocer que antes de leer este libro no conocía a Alith Anar, el Rey Sombrío. Sabía quién era el rey Caledor I, cuyo nombre original era Imrik, nieto de Caledor Domadragones y un caballero dragonero - el típico guerrero montado en un dragón y con una larga lanza que nos encanta en cualquier ambientación fantástica. Sabía quién era Malekith, hijo de Aenarion y de Morathi, señor de los elfos oscuros y de Naggaroth, con su eterna ambición de reconquistar Ulthuan, y una maldad y astucia impecables. Los dos me gustaban, y me siguen gustando. Pero Alith de Anar, líder de los Sombríos de los altos elfos, es un personaje aún más excelente, si cabe, que los otros dos.
Alith es un personaje tortuoso y oscuro. Pero no lo es desde el principio. Igual que en Malekith destacaba el desarrollo del personaje titular, el punto fuerte de El Rey Sombrío es cómo Alith pasa de ser un príncipe de la casa naggarothi de Anar a convertirse en el temido cazador de elfos que desafía a las autoridades de los dos reyes que se disputan la isla élfica de Ulthuan.
La primera parte del libro sucede antes del final de Malekith. Bel-Shanaar gobierna en Ulthuan, el príncipe naggarothi se halla en las colonias y en todo Ulthuan, especialmente en Naggarythe, las sectas de placer lideradas por Morathi adquieren cada vez más presencia. Alith es nieto de Eoloran, compañero de batalla de Aenarion y señor de la casa de Anar en Elanardris. Elanardris se halla en las montañas orientales de Naggarythe, y el influjo de las sectas no ha llegado hasta allí - pero eso no impedirá que los Anar acaben involucrados cuando Malekith regrese y trate de erradicarlas. Alith es un heredero valiente, dispuesto a luchar por su casa y por su país. Es un gran cazador, discípulo de Kurnous, y está cortejando a la bella Ashniel. Todo parece ir bien en su vida.
Con el devenir de la historia, Alith acaba en Tor Anroc, y es estando allí que sucede el final de Malekith, aunque para los elfos de Ulthuan no queda claro qué es exactamente lo que ha pasado en el Templo de Asuryan, ni cómo ha muerto Bel-Shanaar. Es a partir de ahí que empieza realmente la Secesión. Los naggarothi, bajo el mando de Morathi, emprenden una guerra contra sus hermanos, y Alith se verá cada vez más envuelto en ella, hasta el punto de convertirse en el líder de los naggarothi llamados Sombríos, y autoproclamarse Rey de las Sombras, enemigo jurado de los druchii o elfos oscuros.
No digo más por no estropear el libro - que es lo que ha hecho por mí la contraportada. Mirad que son menos de 100 palabras, pero todo lo que te cuenta sucede en la segunda mitad del libro. ¡Llevas más de 200 páginas y aún no ha sucedido lo que dice la contraportada!
El Rey Sombrío es una lectura magnífica. Centrándose en el desarrollo -cada vez más turbio- del protagonista, no deja de lado las escenas de acción, las batallas, ni los romances del joven elfo. El libro me enganchó mucho, ya que no puedes esperar a leer cuál será la siguiente desgracia de los Anar, o el siguiente golpe de Alith - ¡nunca sabes qué es lo siguiente que va a suceder!
Lo peor es que ahora toca esperar a Caledor, y si aún quedan meses para que salga en América, aún más faltará aquí.
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on sábado, octubre 23, 2010
at 11:12
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