Beren era hijo de Barahir, hijo de Bregor, heredero de la casa de Bëor. Recordaréis que Barahir fue quien en la Dagor Bragollach salvó a Finrod y al ejército de Orodreth de una emboscada. Así que dejemos Gondolin (que no caerá hasta años después), y veamos que ha pasado durante los últimos años de la vida de Beren y Barahir.

La casa de Bëor, que habitaba Dorthonion, fue el clan de humanos que más sufrió en dicha batalla, ya que Dorthonion fue completamente arrasado por Morgoth. Tras dichos sucesos, Barahir envió a la mayoría de los supervivientes de su casa a refugiarse con los de Haleth en Brethil y con los de Hador en Dor-Lómin, liderados por su esposa Emeldir, la madre de Beren. Barahir, su hijo Beren, sus sobrinos Baragund y Belegund, y otros nueve hombres se quedaron en las tierras altas de Dorthonion, donde asaltaban a los orcos y al resto de criaturas de Morgoth, causando así gran furia en el Señor Oscuros.

Gorlim, uno de los hombres de Barahir, había salido a cazar, y pasó por la zona donde había vivido, y donde toda su familia había sido asesinada. Entonces vio su casa de nuevo en pie, y dentro de ella a su mujer. Corrió hacia allí y fue atrapado por los orcos, que le llevaron ante Morgoth. Éste le ofreció reunirlo con su mujer si delataba a Barahir. Gorlim lo hizo, y por recompensa, Morgoth reconoció que lo que había visto era una ilusión causada por él; después, lo torturó hasta matarlo, alegando que se reuniría con ella en la muerte.

Los orcos mataron a todo el grupo de Barahir por la noche, excepto a su hijo Beren, que había salido de caza. Beren se acercó sigilosamente a los orcos y recuperó el Anillo de Barahir que Finrod Felagund le había entregado. Después, huyó.

Avanzamos varios años y nos encontramos con un Beren de 32 años, un solitario proscrito, cuyas acciones contra los orcos le han ganado fama en toda la Tierra Media. Sauron creó a los drauglin u hombres lobo, y los envió a Dorthonion, obligando a Beren a huir de su tierra natal. Es así que Beren ha bajado al sur. Tal y como profetizó Melian, Beren entra a Doriath sin que el Cinturón lo pueda evitar. Camina por los bosques y se encuentra con la más hermosa visión que haya visto jamás: la elfa Lúthien bailando, la doncella más bella que jamás pisara la Tierra Media... y la hija única del rey Thingol y la maia Melian, y por lo tanto, princesa de los Síndar.

Beren se queda prendado de la elfa, pero el amigo de Lúthien que toca música para ella, Daeron, le avisa de que tenga cuidado, ya que piensan que es un animal salvaje (imagináoslo, tiene que apestar y estar todo sucio). Lúthien se queda paralizada, ya que nunca antes ha sentido miedo o dolor, y Beren consigue tocarla a través del follaje. Está tan maravillado que no puede decirle nada, pero en su corazón la llama Tinúviel, Hija del Crepúsculo. Después, Lúthien huye. Transcureen meses, y finalmente en verano se encuentran a solas, y los dos se enamoran, y etcétera y etcétera cuento feliz.

Hasta aquí todo bien, pero resulta que cuando viajan a Menegroth y Beren le pide a Thingol la mano de su hija, éste se niega. Thingol sabe que nunca un mortal y un inmortal se han amado, ya que cuando Beren muriese, Lúthien viviría para siempre en la tristeza, ya que los elfos se reencarnan en Valinor, pero el destino de los hombres es desconocido. De hecho, en Doriath está prohibido incluso tocar a un humano. Para expresar hasta qué punto no está dispuesto a permitir el matrimonio, Thingol dice que aceptará cuando le traiga de regalo de bodas un Silmaril de la Corona de Hierro de Morgoth.

Una persona normal se habría rendido ahí, o habría secuestrado a Lúthien, o qué sé yo. Pero Beren coge y se marcha de Doriath, hacia el norte, hacia Angband, dispuesto a hacer cualquier cosa por la elfa que ama.

Beren llega a Nargothrond, y muestra al rey Finrod el anillo que éste le dio a su padre. Para saldar la deuda que tiene con él, Finrod Amigo de los Hombres decide acompañar a Beren en su gesta. Sin embargo, recordemos que dos de los hijos de Fëanor, Celegorm y Curufin, vinieron a Nargothrond huyendo de la Dagor Bragollach. Los dos son fieros oradores, y pensando en su juramente, convencen al pueblo de que sería peligroso atacar de esa manera a Morgoth, y de que no acompañen a su señor. Así, Finrod y Beren parten con sólo 10 leales guerreros. Finrod deja a su sobrino Orodreth al mando de Nargothrond, aunque en realidad Celegorm y Curufin gobiernan la ciudad.

Por cierto, aunque el Anillo de Barahir no aparece en más de estas historias, sabed que pasará de padres a hijos durante decenas de generaciones, llegará a Númenor, y después lo portarán los Reyes de Arnor y los de Arthedain después, perdido, recuperado por los dúnedain, y puesto a salvo en Rivendel. Con el tiempo, miles de años después de las aventuras de Beren, Elrond se lo entregará a Aragorn junto a los restos de la espada Narsil, al revelarle su verdadero linaje. Años después, en Lórien, le entregará a Arwen el anillo de compromiso, recordando así a sus antepasados, y el primer romance entre hombres y elfos.

Volvamos a Finrod, Beren y los 10 guerreros elfos. Derrotan a varios orcos, se hacen con sus armas y armaduras, y con la magia de Finrod se hacen pasar por orcos. Llegan al norte de Dorthonion, pero los hombres-lobo y su líder les atrapan y (sin descubrirlos aún) los llevan a Tol-in-Gaurhoth, la Isla de los Hombres-Lobo, otrora fortaleza de Orodreth llamada Minas Tirith, en la isla Tol Sirion. El jefe de los hombres-lobo y señor de Tol-in-Gaurhoth no es otro que Sauron, el más poderoso lugarteniente de Morgoth.

Sauron y Finrod combaten, con magia y canciones de poder, y finalmente vence el poder de Sauron. Los verdaderos aspectos de Beren y los elfos es revelado, pero Sauron no consigue averiguar quiénes son no cuál es su propósito, así que se limita a tirarlos a los calabozos.

Los hombres-lobo devoran con el tiempo a todos excepto a Beren y a Finrod. Cuando finalmente van a por Beren, Finrod se lanza a por él y pelea con uñas y dientes. Consigue salvar a Beren, pero es a costa de su propia vida. Finrod agoniza en The Eldar:

De hecho, debido a sus buenas acciones y de su rechazo a muchos de los actos de los noldor, los valar permitieron a Finrod reencarnarse muy pronto. En Valinor, Finrod se casará con Amarië, la elfa vanya de la que estaba enamorado pero que rehusó seguir a Fëanor, y volverá a caminar con su padre Finarfin bajo los árboles de Eldamar.

Pero aunque el resto de la historia es feliz para Finrod, las aventuras de Beren no han hecho más que empezar. En Nom The Wise, Beren llora al rey, a quienes los hombres llamaban Nom, el Sabio.

Todo parece ir mal para Beren. En Doriath, Lúthien ha sabido por su madre que Beren se halla capturado. Aunque Lúthien está dispuesta a ir incluso desoyendo los consejos de su padre... ¿qué puede hacer una sola elfa contra hombres-lobo, hordas de orcos, y el mismísimo Sauron?