Ya hablé de Visiones peligrosas II en una entrada anterior.
Ayer acabé el último tomo de esta antología de Harlan Ellison. Publicadas originalmente en 1967, las visiones peligrosas pretendían ser relatos de ciencia ficción diferentes, cuyo objetivo era romper los tabúes y las ideas preconcebidas. Los fenomenales relatos que incluye son:
-Si todos los hombres fueran hermanos, ¿dejarías que alguno se casara con tu hermana?, incestuoso relato de Theodore Sturgeon que da qué pensar
-¿Qué le ocurrió a Auguste Clarot? de Larry Eisenberg, un relato extraño pero genial
-Ersatz de Henry Slesar, corto pero intenso
-Corre, corre, corre, dijo el pájaro de Sonya Dorman, una de las pocas visiones peligrosas escritas por una mujer
-La raza feliz de John Sladek, donde las máquinas "cuidan" de los humanos décadas antes de The Matrix
-Encuentro con un rústico de Jonathan Brand, extraño relato donde los haya
-Desde la imprenta oficial de gobierno de Kris Neville, desde el punto de vista de un niño de 3 años
-La Región de los Grandes Caballos de R. A. Lafferty, prolífero escritor de ciencia ficción y fantasía
-El reconocimiento de J. G. Ballard, el distópico autor de la controversial Crash (una novela acerca de fetichismo sexual de los accidentes de tráfico)
-Judas de John Brunner, uno muuy prolífero (basta con echar una ojeada a su página de la Wikipedia)
-Prueba para la destrucción de Keith Laumer, que se me ha hecho el más espeso de los relatos
-Ángeles del Carcinoma de Norman Spinrad, un genial relato humorístico sobre el cáncer (¿paradójico? os recomiendo leerlo)
-Auto-da-fe de Roger Zelazny, ganador de tantos premios, que mejor mirar la Wikipedia a esperar a que yo los ponga
-Por siempre y Gomorra de Samuel R Delany, relato ganador de un premio Nebula acerca de unos astronautas asexuados que "suben y bajan" y la irresistible atracción sexual de los frelks hacia ellos.
Y voy a aprovechar para hablar de la New Wave de la ciencia ficción. Debo reconocer que yo no sabía nada de este movimiento antes de Visiones peligrosas, y es que tengo que admitir que no soy un asiduo lector de ciencia ficción (algo que estoy intentando remediar). Tras echar un vistazo al género con la adaptación a MSDOS de I Have No Mouth, and I Must Scream (No tengo boca, y debo gritar, y se puede jugar en XP o Vista gracias al ScummVM), ya vi que era un género dispuesto a romper con lo establecido. Así que, animoso de escribir del tema, me leí unos artículos de la Wikipedia, que ahora os resumo.
I Have No Mouth, and I Must Scream, la aventura gráfica basada en el libro del mismo título (imagen de MobyGames)
Visiones peligrosas fue una de las obras que ayudaron a definir el movimiento de ciencia ficción conocido como la nueva ola (New Wave). Una nueva ciencia ficción que, en su mayor parte, dejaba a un lado las historias de aventuras en el espacio exterior para hacer una obra más "literaria", ambiciosa, más psicológica y centrada en los personajes, y más rompedora. Uno de los impulsores del género fue Michael Moorcock, editor de la revista New Worlds, a quien muchos reconocerán como creador del antihéroe Elric de Melniboné.
Y como he empezado a hablar de la New Wave, voy a seguir. Moorcock como editor de New Wave decidió que la revista estaría orientada a la literatura experimental, y tratar temas más humanos y romper tabúes en esta nueva ciencia ficción (lo que llamaban, frente a las aventuras del espacio exterior que eran habituales, "el espacio interior"). Historias distópicas, preocupadas por los medios masivos, la entropía y el declive de las sociedades... el hecho de que se preocupasen menos por la ciencia y estuviesen dispuestos a dar rienda suelta a la fantasía hizo que el propio Harlan Ellison acuñara el término ficción especulativa como sustituto de ciencia ficción.
El movimiento New Wave también tuvo connotaciones políticas: muchos autores tenían ideas marxistas y socialistas (no confundir con ciertos partidos "socialistas" de hoy día), se enfrentaban al género "conservador" de la ciencia ficción (el de siempre); y en Estados Unidos se manifestaban a menudo en contra de fenómenos como la Guerra de Vietnam.
Portada original
Fue a finales de los 60 y principios de los 70 que el género estuvo en su auge. Otro de los autores de New Wave que siguen publicando en el siglo XXI no es otra que Ursula K. LeGuin. También en esa época Harlan Ellison publicó estas Visiones peligrosas, en las que afrontó el tema del sexo en la ciencia ficción - y puedo testificar que realmente rompe con muchos tabúes. Estos temas, tanto en Visiones como en otras obras, incluían pero no se limitaban a: relaciones sexuales de alienígenas de tres sexos, sexo en microgravedad, sociedades donde las relaciones homosexuales o bisexuales son la norma, astronautas químicamente tratados para ser asexuales (y el subsiguiente fetichismo de los frelks), culturas incestuosas... Visiones y sus relatos ganaron 3 premios Hugo y 2 premios Nebula.
Como demuestran las Visiones, la mayoría de los éxitos de este movimiento eran relatos e historias cortas, y las novelas más largas solían fracasar. Esto se debe en parte a su naturaleza experimental y estilística.
Con el tiempo, el movimiento se desvaneció. Parte de él, como suele pasar con este tipo de movimientos, se integró con la rama principal de la ciencia ficción (igual que el movimiento hippie se desvaneció, pero muchas ideas se integraron en la sociedad). Además, el hecho de que no pudiera desplazar del todo a la ciencia ficción "clásica" hizo que ésta volviera a imponerse poco a poco. Se popularizaron otros subgéneros como la ciencia ficción dura (la que busca que el componente científico sea realista e importante para el argumento) y el cyberpunk ("alta tecnología, bajo nivel de vida", el movimiento heredero de la nueva ola que influyó a películas como Blade Runner o The Matrix, y muchas de cuyas preocupaciones se acercan cada vez más a la realidad).
¿Cyberpunk? No, Tokio. (imagen de la Wikipedia)
Han pasado varios años y aunque ahora la nueva ola es cosa del pasado, se puede hacer retrospectiva y analizar qué ha pasado desde entonces.
¿Lo positivo? El hecho de que al desaparecer dejase su huella en la ciencia ficción convencional. Muchos tabúes ya no existen para los escritores de ciencia ficción, y muchas ideas se han popularizado.
¿Lo negativo? Que cuatro décadas después, esos temas siguen siendo tabúes para la gente de la calle. Hablar de drogas sigue siendo negativo, se sigue mirando mal a quienes cuestionan el Sistema, los medios de masas arrasan cada vez más, la dependencia de las máquinas aumenta, los Gobiernos siguen empeñados en ejercer su control sobre nosotros, el sexo sigue siendo algo sucio, y mejor ni hablar del incesto, de las relaciones trisexuales o de algo tan básico como el matrimonio homosexual.
Pero tiempo al tiempo, y esforcémonos por cambiar, y que dentro de 40 años no puedan decir que todo sigue igual.
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on jueves, diciembre 31, 2009
at 10:18
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