(empezar a leer desde el principio)
Desde una prespectiva visual, Pandora de Avatar quita el aliento. Mientras la mayoría de las películas se han limitado a sugerir la exótica naturaleza de sus mundos con un encuadre o dos, aquí Cameron nos lleva en un elaborado tour tridimensional a través de varios hábitats, desde las copas de los árboles hasta el suelo del bosque. Ha creado todo un ecosistema, desde árboles semi-inteligentes hasta gigantescas criaturas terrestres y marítimas. La mayoría parecen conectadas vía relaciones simbióticas. De hecho, Cameron ha tomado la hipótesis de Gaia, de que la biosfera de la Tierra es una especie de ser vivo, y la ha sexificado: ¡la biosfera de Pandora es es esencialmente un dios, y está interconectada! Las criaturas pueden enchufarse las unas a las otras a través de sus cabellos-USB y raíces de fibra óptica. Aunque algunas de estas ideas no estén exentas de sus fallos (ver más adelante), Cameron obtiene puntos por creatividad -- esto es verdadera ciencia ficción, y no un drama espacial.
Sí que tengo una pequeña queja, y es que dadas sus habilidades de interconexión, los na'vi no deberían ser tan tecnológicamente inferiores a los humanos. En la Tierra, la mayor barrera del progreso tecnológico era que la información en los cerebros humanos primitivos no podía ser fácilmente compartida ni preservada. Tan pronto como se desarrolló la escritura, de repente era posible almacenar información fuera del cerebro, y guardar y construir sobre esos conocimientos. Los conocimientos disponibles para un humano o tribu pasaron a ser desde los de un cerebro (y una cantidad mínima de tradición oral) a los de miles, y finalmente miles de millones, de cerebros. El resultado fue una explosión tecnológica y social. Los homínidos han tenido tecnología como las lanzas desde hace como medio millón de años, pero en tan solo los 7000 años desde la escritura hemos conseguido salir del planeta. Y la información compartida está siendo revolucionada con el desarrollo de internet. Ahora tenemos acceso instantáneo a la sabiduría unificada de toda la historia de la humanidad.
Como los na'vi han tenido la habilidad de descargar la información y compartirla en una red masiva durante largos períodos de tiempo (tiempos evolucionarios), deberían estar muchomás adelantados a nosotros en su tecnología. Aún y todo, dejo pasar esto a Cameron. Es temáticamente necesario que los na'vi sean tecnológicamente primitivos, y su red de raíces es obligatoria para el argumento. Quizás se podría decir que podían desarrollar más tecnología, pero no la necesitaban o querían. Aún así eso apesta a la idea del "salvaje noble", y debo coincidir con
Stephen Pinker en que eso es de risa.
...hay humanoides, caballitos espaciales...
Pero mi mayor queja desde un punto de vista evolutivo es que no hay ningún maldito modo de que la vida en Pandora sea tan parecida a la de la Tierra: hay humanoides, caballitos espaciales, rinocerontes cabezamartillo y bestias pseudo-pterodáctilos. Y para empeorarlo, tienen ADN, ¡y el ADN es lo suficientemente parecido al nuestro como para que puedan ser combinados! Una vez más, debo dejárselo pasar a Cameron. Para empezar, porque es más fácil para el público relacionarse con seres que se hacen familiares. Y más importante aún es que que los na'vi y los humanos tengan el mismo ADN es vital para cierta parte cerca del final que no revelaré.
Una forma de evitar mis detalles tiquismiquis es la hipótesis panespermia: que la vida en la galaxia fue sembrada en múltiples lugares por una civilización avanzada. Pero incluso así la probabilidad de que la evolución produzca animales tan similares en planetas diferentes es astronómica. Como tenemos un registro claro de la evolución sobre la Tierra, alguna civilización debería haber seguido cogiendo especímenes de la Tierra, primero pterodáctilos, y luego humanos (ya evolucionados), y después llevarlos a Pandora, probablemente tras someterlos a ingeniería genética. Esa sería una secuela interesante: ¡los humanos y los na'vi se unen para enfrentarse a sus divinos ancestros humanoides!
Nota en astrobiología: A en la escala del ecosistema, C por parecerse demasiado a la Tierra; se puede considerar una B.
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