El juego al que he dedicado algo de tiempo en las últimas semanas es Bahamut Lagoon para SNES. Un juego de gráficos bastante típicos superneseros (o sea, mucho pixel, pero de manera soportable). Es de género bastante ambiguo... aunque donde mejor encaja es en "RPG táctico", ciertamente tiene más RPG que algunos RPGs tácticos como Fire Emblem o los Final Fantasy Tactics.
El argumento en sí es complicadillo, y teniendo en cuenta a) que como nunca salió de Japón está fan-traducido al inglés, y b) que debido a las fuertes dosis de texto la mayoría me lo saltaba; tampoco me enteré de todo. Básicamente el mundo está formado por islas o continentes que flotan en el cielo, "Lagoons". Un imperio está conquistando todo y un movimiento de resistencia quiere recuperar su reino y, de paso, derrotar al imperio. Para ello cuentan con la ayuda de dragones (el enemigo apenas parece tener), y una vez rescatada la princesa, además se puede invocar a dragones aún más poderosos. Sin embargo, conforme la resitencia está venciendo al imperio, empieza a descubrirse que hay otra trama por detrás, con un antiguo ser buscando conseguir un gran poder... y bla, bla, bla.
Vale, los gráficos no están nada mal para ser de la SNES.
Hay a saco de personajes (como en la mayoría de RPGs tácticos), que se organizan en hasta 6 grupos de 4 personas, con un dragón para cada grupo. El protagonista es el capitán de los dragones, pero en realidad durante el argumento toman más protagonismo otros personajes, aunque afortunadamente tampoco te lo quitan del todo. Pese a todo, después de tanta victoria, ojalá fuese posible ascender un poco, quitar a esos paletos del mando; y que después de tanto ligoteo con la princesa Yoyo, que se fuera contigo, o por lo menos con el palurdo de Matelite, en vez de con el "malo que se vuelve bueno" que responde al nombre de Palpaleos.
Los momentos de fuera del combate... son muy similares a los pueblos típicos de los RPG para SNES, solo que algo más pequeños, menos poblados... además la mayoría de los sitios los visitas una única vez, sin posible retorno. La mayoría de escenas son en realidad en el "barco volador" (o lo que sea), y tras un par se vuelven insoportables. Es todo muy repetitivo, aburrido... y está plagado de una especie de humor japonés en su grado máximo. De hecho, cada vez que se abre una ventana de diálogo siempre será una de 2: o algo relacionado con el argumento y la lucha contra el imperio, un diálogo serio y oscuro; o algún ridículo chiste o broma que nadie entiende. Lo peor es lo alternados que están. En fin, el diálogo es inaguantable.
Si le das todo el rato a A y te saltas los diálogos, te ahorras un montón de chorradas... y al viejo verde Sendak, que está colado por el protagonista.
Y he dejado lo bueno para el final. El combate y el desarrollo. A los dragones los alimentas con objetos, armaduras, armas, etc que te sobran, y sus habilidades e incluso aspecto físico cambian según qué les das. Hay un montón de variedad a ese respecto, y es muy interesante experimentar. Eso sí, creo que conviene usar algún tipo de guía, más que nada para saber cómo deshacer algunas de las transformaciones; y para no malgastar ciertos objetos únicos.
En combate, el mapa se ve muy parecido a los Fire Emblem. Sin embargo cuando dos unidades entablan combate físico, cambia a una ventana de combate recién sacada de Final Fantasy. Cuando usas magia, es posible que afecte al mapa: el fuego quema bosques y derrite hielo; el hielo congela el agua; el rayo destruye edificios, máquinas y muros; la magia curativa "purifica" los estanques venenosos; y el veneno los vuelve a convertir en venenosos.
Como pega, a mí el juego se me hizo muy fácil. Quizás es que entrené demasiado (hacía una SideQuest antes de cada misión). Puede que tenga mucho que ver el hecho de que la IA es penosa. Hasta que te acercas a un enemigo, no empieza a moverse. En las batallas lo eligen todo mal. Eso sí, las SideQuest finales, con los enemigos de niveles muy altos, sí que suponen todo un reto.
Gráficos: **** Son buenos para SNES, ya que es de la época del fin de su ciclo de vida; pero los sprites no dejan de ser pixelados, sobre todo cada vez que un personaje intenta hacer una animación (reirse, etc).
Sonido: ** Normal. Ehm... la música no me ha parecido pegadiza ni nada, a veces se hace repetitiva.
Argumento: ** Todos los momentos ridículos, seudo-graciosos, de humor japonés, y que los gráficos transmiten bastante mal, le quitan 1 punto. La rabia de no poder cargarme a Matelite y hacerme líder del ejército; y el hecho de que la chica se va con el malo convertido a bueno, hagas lo que hagas para evitarlo, le quitan el otro punto. Ah, y el viejo verde pederasta gay Sendak le quita 1 punto más; qué es eso de ir sobando al protagonista...
Jugabilidad: ***** No es que tenga mucha experiencia con RPG tácticos, pero se lleva el premio gordo.
Dificultad: ** Ya he comentado esto más arriba. Sería un 1 de no ser por cómo sube el nivel al final.
TOTAL: *** Aunque en algunas de sus áreas destaca, y mucho, en otras cae muy profundo. El juego está bien, pero para disfrutarlo tienes que pasar por encima de todas sus pegas.
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on miércoles, noviembre 18, 2009
at 19:28
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