Ya está a la venta el segundo número de la, nunca mejor dicho, increíble serie de Rick Remender, cuyo paso por los títulos mutantes ya tiene pinta de ir a ser uno de los más recordados en el futuro. Pese a que fue difícil decir adiós al X-Force de Kyle y Yost, Remender nos está sorprendiendo con unas historias aun más maduras, complejas y entrelazadas que ese título que fue el gigante en las sombras, el verdadero motor argumental entre Complejo de mesías y Advenimiento. Hablo, en realidad, sabiendo más de la cuenta, porque conozco lo que va a suceder en los próximos números. Y con ese conocimiento en mano, diría que Nación Deathlok no está a la altura de los tomos anterior ni siguientes, no es sino un preludio a la que está por caer, pero es un buen cómic de todos modos... y formando parte de esta saga que dentro de unos años quizás catalogue como a la altura de las de Morrison o Whedon, es una buena compra de todos modos.
Nación Deathlok es uno de esos tomos, cada vez más raros dado que las editoriales publican ahora pensando en los tomos recopilatorios, que incluye varias historias diferentes. Está formado por siete números originales, tres de los cuales forman la historia principal, Nación Deathlok. En ésta Fantomex toma un rol bastante protagonista, repudiado por algunos de sus compañeros por (supongo que no estarás leyendo esto sin haber leído La solución Apocalipsis, pero deja de leer si aún no lo has hecho) haber matado a un niño. La cuestión es que estando Fantomex en casa tan tranquilo, empiezan a aparecer superhéroes, incluyendo al propio X-Force, convertidos en Deathloks, venidos del futuro, queriendo hacerse con el Mundo (el origen de Fantomex, creado por el proyecto Arma Plus, responsables también de Lobezno y Masacre), ya que Remender consigue acabar relacionando el proyecto Arma Plus, los Deathloks y la Era de Apocalipsis. ¡Y no ha hecho más que empezar!
¿El resto de historias? Breves, pero no menos impresionantes. En el Cinco punto uno X-Force llega a Australia tras una llamada de Pórtico y se enfrentan a unos de los enemigos más letales de los X-Men, Dama Mortal y los Cosechadores, una de sus mayores pesadillas en la segunda mitad de los 80, que planean atacar Utopía. En Consecuencias imprevistas se enfrentan al Rey Sombra en unas instalaciones nucleares estadounidenses teóricamente abandonadas. En Un noble arte uno de los X-Men descubre la existencia de X-Force... y envía a Lobezno a cometer un asesinato en Río de Janeiro. Finalmente El asesino entre nosotros se centra en la lucha interna entre Ángel y su personalidad de Arcángel implantada por Apocalipsis.
Pese a que parezcan historias bastante diferentes entre sí, lo cierto es que están muy bien interconectadas. Puede que artísticamente no tanto: cada historia tiene su propio dibujante con su propio estilo, y son buenos, pero sin llegar a ser totalmente coherentes, especialmente con tantos diferentes. Argumentalmente es otra cuestión. Las distintas subtramas de cada personaje se desarrollan en hilos que pasan de historia en historia: la naturaleza asesina de Lobezno, el disgusto de Masacre por lo sucedido en el tomo anterior, los secretos que sigue guardando Fantomex, las preocupaciones de Mariposa sobre X-Force, la llegada de Deathlok... y por supuesto, la lucha interna de Warren, que nos llevará a una macrosaga de dos tomos que será inolvidable, especialmente para los fans de la Era de Apocalipsis: la Saga del Ángel Oscuro.
8/10
Publicar un comentario