Si el hecho de que los vampiros se hubieran hecho con el control de Júbilo no pareciese demasiado, ahora Lobezno se ha pasado a su bando, y las cosas empiezan a pintar feas para los X-Men. Entre tanto, el número de vampiros en San Francisco se acerca a la decena de millar, y Cíclope no piensa permitir eso. Tras resucitar a Drácula, éste parece haber desaparecido, así que los propios X-Men tendrán que tomar cartas en el asunto y planear cómo acabar con Xarus.

