Cuando me introduje en la partida de Monster Hunter, no sabía mucho de qué iba. Lo primero que decidí al hacer a mi personaje fue que llevaría una espada. Una espada grande. La más grande disponible. Más grande que él.

Despué sempecé a pensar en su origen. Me decanté por un desierto (no conozco la geografía de Monster Hunter, pero, qué demonios, seguro que había alguno), y un poblado al que llamé Hillsfar.

Lo describí como un joven de tez oscura, pelo negro y largo, y que viste siempre de negro. Sus ojos son azul brillante, atractivos e hipnotizantes.

Al-Qadim es un buen guerrero y leal amigo, pero también es muuy arrogante, hasta un punto casi imposible. Eso se debe a que los nómadas que lo adoptaron lo encontraron abandonado en un templo en ruinas... y Al-Qadim ha llegado a la conclusión de que es porque es un hijo de los Dioses. Se tiene a sí mismo por uno de los mejores guerreros del mundo, y cree que su destino es llegar lejos y convertirse en un héroe legendario.

El nombre de Al-Qadim se me ocurrió de un viejo videojuego de MSDOS que me había bajado en abandonware recientemente: "Al-Qadim: The Genie's Curse". Al-Qadim es el nombre de una ambientación de campaña de Dungeons & Dragons, basada en la región de Zakhara de los Reinos Olvidados. Como comenté en una de mis primeras entradas, en los Reinos Olvidados suceden los Icewind Dale, los Baldur's Gate, los Neverwinter Nights y muchos de los antiguos GoldBox. Y también sucede allí Hillsfar, un videojuego MSDOS al que jugué poco antes y que transcurría en la ciudad del mismo nombre. De ahí saqué el nombre del pueblo de Al-Qadim.

En Monster Hunter éramos un grupo de 4 cazadores. Uno de los jugadores lo dejó (así que el máster mató a su personaje). En los últimos meses el ritmo de posteo de la partida prácticamente se ha esfumado. Estaría bien que se reanudase, porque me gustaban los personajes, pero no es algo que decida yo.

El siguiente día os deleito con la joya de la corona, mi último y mejor personaje de rol narrativo - DJ Entropía.