Hoy, repasando el papeleo de mis cajones, lo he encontrado, y he pensado "esto lo meto en el blog", así que lo he metido en el blog.

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Para muchos soy un aguijón, para muchos otros soy una flecha. Afilado y puntiagudo, llego donde nadie llega. Mi perfume a todos atrae por igual, y solo por este me reconocerás. Sé que mi piel es áspera y rugosa, y sé que mi oscuro color te puede confundir, pero sepas que bueno, si bien oculto, es mi corazón, y no me juzgues solo por mi oscuro pero majestuoso cuerpo.

Mi casa se llama bosque, aunque yo le llamo hogar. Vivo con mis hermanos, y también con mis hijos e hijas. Nacen en un cascarón, y yo los cuidaré, hasta que llegue la hora de que maduren y se conviertan en otros como yo. Aunque de jóvenes mi altura no alcanzarán, tendrán mis mismos brazos, con mis mismos dedos, estrechos, puntiagudos, punzantes, y mis uñas, flores de sutil color, de donde nacerán otros como ellos, como yo, mis nietos, y así por siempre.

Pero yo soy viejo, sí, y aunque lejos puedo llegar aún, el oscuro destino que me puede aguardar: ser cortado y mutilado, para que con mi carne sus hogares puedan decorar, y entonces mi majestuosidad, para siempre se perderá.