Hace un par de días compré "El Templo de Takhisis", sexto y último cómic de la adaptación de Crónicas de la Dragonlance. También sigo otra colección de adaptaciones: Reinos Olvidados, los libros de Salvatore protagonizados por el elfo oscuro Drizzt DoUrden. (Se pueden encontrar en la colección Alquimia, de Norma).

Ambas series tienen bastante en común, aparte de proceder de los Escenarios de Campaña del mismo nombre de Dragones y Mazmorras (D&D). Las dos han sido catapultadas a la fama gracias a las novelas, que empezaron con un par de trilogías (Crónicas de la Dragonlance, Leyendas de la Dragonlance; El valle del viento helado, El elfo oscuro) y ahora se expanden casi hasta el infinito. Sus mundos, Krynn y Abeir-Toril respectivamente, cuentan con multitud de autores que escriben libros nuevos cada año.

También hay videojuegos ambientados en estos mundos. Entre los 88 y 92 se publicaron unos cuantos, muchos de ellos en la serie Gold Box. Entre ellos la saga de Pool of Radiance y la trilogía Eye of the Beholder. Posteriormente no ha habido más de Dragonlance, pero los Reinos han contado con sagas maestras como Baldur's Gate, Icewind Dale y Neverwinter Nights.

Curiosamente, Dragonlance tiene presencia también en el mundo de la música. Wishmaster de Nightwish, Raistlin and the Rose de Lake of Tears y Soulforged de Blind Guardian, están todas basadas en el mago Raistlin.

Ahora, basta de historia. Como seguidor de ambos comics, lo primero es que me gusta su calidad gráfica (aunque admito que rara vez me disgustan los dibujos de los comics, para algo son profesionales). Mencionar que en los últimos de Dragonlance usan a dibujantes distintos, todos son buenos, pero es un poco tedioso y rompe en cierto modo la continuidad.

Sobre el guión, opino que la transformación desde el libro ha sido bien hecha. El argumento se sigue claramente, sin agujeros, lo que permite leerlos sin haber tocado Dragonlance ni los Reinos anteriormente. Se nota en ambas que detrás hay un libro, y hay información implícita u omitida. Pero la coherencia y linealidad de los argumentos es algo que se aprecia. Lo he comprobado yo mismo, ya que había leído Dragonlance con anterioridad, pero no así las aventuras de Drizzt, y estoy disfrutando ambas series por igual.

Conclusión: Sin duda alguna es mejor leer los libros, pero a falta de tiempo o ganas, los comics están bien. Aún habiendo leído los libros, si han gustado, merecen la pena.

Como nota al margen, es un placer que hayan empezado la segunda trilogía de los Reinos (cronológicamente, ya que El valle del viento helado se publicó antes que El elfo oscuro); y también el anuncio de que pretenden seguir con Leyendas de la Dragonlance -- con más Raistlin que nunca.