Últimamente he estado jugando a este clásico que es Shining in the Darkness para Sega Genesis/Mega Drive. Si bien es cierto que no me lo he pasado (la ROM fallaba en ciertos puntos y se me hacía imposible seguir), he sabido apreciar el juego, así que le dedico una entrada.
El mapa del primer Shining; efectivamente, sólo hay tres lugares
Ante todo, quiero hacer una pequeña introducción a la saga Shining para quien no la conozca. En lo que a las consolas de la 3ª y 4ª generación respecta (la época de los grandes RPGs, especialmente los de 16 bits), yo siempre he sido más de Nintendo. Esto no es por preferencias, sino porque los primeros emuladores que me bajé fueron los de las GameBoy (para los Pokémon, cuando estaba de moda y tener internet significaba Poder) y la SNES (para las precuelas de esas joyas que le regalaron a mi primo, los Final Fantasy VII y IX de PlayStation). Por lo tanto, y como queda patente en este blog, sigo Final Fantasy y Dragon Quest más que sus contrapartidas en Sega, Shining y Phantasy Star.
Aunque probé los primeros Phantasy Star no me convencieron mucho, pero el primer Shining me ha parecido muy entretenido mientras ha durado (todo sea dicho, en realidad quiero llegar a los Shining Force, que me ha recomendado kurayami). Shining in the Darkness apareció posteriormente a los primeros FF, DQ y PS, pero la serie consiguió hacerse un hueco entre los grandes gracias a juegos como los Shining Force - que añaden la estrategia al rol (como en Fire Emblem o Final Fantasy Tactics). Puede que hoy en día la saga no reciba tanta atención como Phantasy Star (disponible en modo MMO durante la última época), DQ o FF, pero los clásicos permanecen como tales.
Volviendo a Shining in the Darkness, se trata de un dungeon crawler. Eso significa que la mayor parte del juego consiste en viajar, en primera persona, a través de laberínticas y gigantescas mazmorras repletas de monstruos y peligros. Es un género que se remonta a Dungeons & Dragons, y basado a su vez en obras de fantasía como las de la Tierra Media. Todo un clásico. Debido a la facilidad de programar este tipo de juegos, eran los RPGs más comunes en los Tiempos Antiguos: los roguelike y Wizardry, por ejemplo. El dungeon-crawling era además muy común en juegos como los GoldBox (Pool of Radiance, Eye of the Beholder, etc.).
El aspecto típico de un dungeon crawler
El combate es aleatorio y recuerda al de otros JRPGs como Dragon Quest, tanto en mecánicas como en perspectiva (que se remonta a Wizardry). Al margen de la gran dungeon, están el castillo, que visitas de vez en cuando para hacer avanzar la historia, y el pueblo, donde encontrarás curación, armas, etc.
No hay mucho más que decir al margen de eso. Es ciertamente una mecánica muy repetitiva (hablamos de un juego para consola del 91), pero que se hace más soportable que otros dungeon-crawlers que he mencionado antes en detalles como los gráficos, que se hacen bastante amenos. Hay poca personalización en los personajes, ya que los tres son fijos y no puedes elegir qué caminos puedes tomar con ellos. Aunque en aquella época había juegos con mucha más personalización, muchos JRPG son así, aún hoy en día, así que tampoco es algo muy importante.
Argumento: * Tampoco esperábamos que destacase aquí, ¿no? El malvado Dark Sol ha raptado a la princesa y el héroe tiene que adentrarse en la mazmorra, superar los desafíos, encontrar las armas, y derrotar a Dark Sol.
Dificultad: ***** Disminuye a *** si usas algún tipo de guía (yo lo hice) y a * si usas mapas. En un juego repetitivo como éste, y con tantos otros en lista de espera, andar experimentando con qué tipo de enemigos te encuentras en cada zona de la mazmorra puede ser una locura - no hablo de un Walkthrough al 100%, pero una ayudita con el equipo y demás viene bien. Por otro lado, dibujar tus propios mapas sobre la marcha es entretenidísimo, y a mi parecer usar los mapas que se pueden encontrar por ahí quitan la diversión del juego.
Gráficos: **** Oye, para ser un 16-bits, es una gozada. Los he visto mejores, pero aprueban con creces.
Jugabilidad: *** Su repetitividad es su perdición, comparado no sólo con juegos más modernos, sino con otros de su época. Aunque, ¿qué esperar de un dungeon crawler?
Sonido: ** No destaca, ni desentona... pero puede cansar rápido.
TOTAL: *** Es entretenido, siempre y cuando soportes las limitaciones técnicas de los juegos de principios de los 90, y la repetitividad de los juegos de su estilo.
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on sábado, junio 26, 2010
at 10:31
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